Si alguien quiere chelear con los amigos en algún antro, en alguno de los 212 municipios que se encuentran en territorio veracruzano o recrearse la pupila con bellas damas en diminutas ropas, queda bajo su propio riesgo. La masacre ocurrida dentro de las instalaciones del table dance Caballo Blanco en la ciudad de Coatzacoalcos, seguramente inhibirá la asistencia a estos lugares de recreación masculina. Sin embargo, no hay que ser muy moralistas y creer que este tipo de hechos violentos sólo ocurre en antros de mala muerte.
Sólo recordemos que, hasta hace poco en Minatitlán, malandros se metieron a disparar en una fiesta infantil donde lamentablemente acabaron con 17 víctimas. Los hechos violentos del día de ayer, sólo nos dejan ver la tremenda impunidad en la que se conducen estos grupos delincuenciales. Por otro lado, no se alcanza a percibir un plan de trabajo de parte de la Secretaría de Seguridad que lidera Hugo Gutiérrez Maldonado.
Además, el pleito ranchero del gobernador con el fiscal del estado no abona a un clima de armonía y confianza, sino todo lo contrario; se generan condiciones de desconfianza y de falta de coordinación entre a fiscalía y el Gobierno del Estado. Ojalá y que con este hecho se prendan las alertas en el centro del país y conminen al tozudo e inexperto gobernador a hacer cambios donde no haya resultados positivos. Es lo menos que se merecen los veracruzanos.
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