A pesar de que el cirujano ya había sido denunciado por su indecente comportamiento, se le encontró en posesión de imágenes de pornografía infantil hace catorce años, no se le investigó más y se dejó que siguiera con su profesión de cirujano. El cirujano señala que lo que se encuentra en su cuaderno es pura ficción, fantasías que él escribía para su deleite.
Sin embargo, la investigación sigue, pues algunos de los relatos coinciden con algunos de sus pacientes. El cirujano comentó a sus abogados que para él es un alivio que lo hayan descubierto, pues no sabía cómo detenerse.