La noticia la reportamos anteriormente. Un motociclista que se hizo pasar como repartidor de comida amagó a un joven que había cobrado un cheque por diez mil pesos. El padre del joven amagado, un exmilitar, llegó y le disparó al ladrón tres tiros que lo mataron. Ahí quedó el cuerpo tirado en las calles de Polanco en la Ciudad de México.
Poco después llegaron los familiares del joven, quienes se quisieron abrir paso entre los policías que ya custodiaban el cuerpo. “Es mi hijo” gritaba el padre, mientras por otro lado la madre lo lloraba sin poder acercarse al cuerpo de su hijo. El joven ladrón de 24 años se llamaba Eduardo y ahora se sabe que iba acompañado de un cómplice que cuando escuchó los disparos salió huyendo.
El padre, con sus anillos en la mano y sus piercings en las orejas, forcejeaba con los policías, llorando al hijo que no supo educar, o que tal vez educó de esa manera. Cabe recordar que hace unas semanas otros padres lloraban a su hijo, pero después resultó que ellos también eran ladrones y ahora se encuentran en la cárcel.
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