Bien lo describe Mussio Cárdenas en su columna Informe Rojo: «Eterno bribón, Edel Álvarez se imaginó en un tribunal a modo, con magistrados inventados y jueces venales, una purga de “incómodos” al estilo de las mafias, o los imputados por zetas de andar en su nómina. Así hasta que en el Poder Judicial Federal algo comenzó a alertar. Le brotan los fuegos dentro y fuera del Tribunal, atizados por sentencias infames con tufo a corrupción, a tráfico de influencias, a un inmundo desprecio a la integridad de la mujer. Un ejemplo, el caso del Porky Diego Cruz y sus cinco años de cárcel por pederastia cuando debió ser de 12 a 40 años por pederastia agravada».
Edel Álvarez Peña beneficia a la gente con dinero, prostituyendo con esto el Tribunal de Justicia a su cargo. Si los magistrados que sí se fajaron duro para llegar al digno puesto que tienen quiere que el TSJ sea un prostíbulo, reelijan a Edel, pero si no, pónganlo el ignominioso lugar que le corresponde.