Vale señalar que en el Congreso de Guanajuato estaban por aplicarle una sanción a este joven, sin embargo, el muchacho, con más dignidad que su tío, decidió renunciar a su cargo. Hay que decir que el auto en el que fue detenido en estado de ebriedad ni siquiera estaba asignado a él, sino a su jefe, Eduardo Rostro Hernández, director del Instituto de Investigación Legislativa.
Ya el Congreso de Guanajuato piensa tomar medidas sobre la asignación de vehículos oficiales, porque el sobrino de Calderón no es el primer borracho que agarran conduciendo autos oficiales del Congreso.