En México se busca la construcción de una Nueva Escuela Mexicana, muchos maestros seguramente serán pilares de este nuevo proyecto, Sin embargo, algunos docentes se muestran recelosos y ven las cosas como otro intento que seguramente fracasará. No participan en los proyectos escolares, creen que tienen la última palabra, sienten que merecen toda la atención y creen erróneamente que, sin su participación, cualquier intento que haga el gobierno de la Cuarta Transformación se irá al voladero del fracaso.
Es necesario que el magisterio mexicano entienda que los tiempos son otros, los alumnos van más adelantados en el uso de la tecnología, algunos que le dan buen uso a ésta se han convertido en alumnos autodidactas. Es cierto que la Nueva Escuela Mexicana exige que el maestro asuma su compromiso consigo mismo y reconozca que el alumno será el centro de todo esfuerzo que haga el sistema educativo mexicano. Se requiere disposición, preparación y una buena actitud.
No obstante, hay maestros que no les parece nada, a todo le ponen pretexto; cuando el directivo les pide el plus, o el extra, sencillamente se hacen de la vista gorda. No han comprendido que, si no se suben a la ola de cambio, se quedarán rezagados con su actitud negativa y lisiada. Deben entender que muchos maestros lucharon por un cambio y por la caída de una reforma lesiva y punitiva. Hoy que las cosas van cambiando, es tiempo de sumar esfuerzos y dejarse de protagonismos baratos. No hay de otra, hay que cerrar filas con la Nueva Escuela Mexicana.
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