Eduardo un joven apasionado por la arqueología y la búsqueda termino trabajando para lo que menos esperaba. Este joven de niño soñaba con ser arqueólogo, pero la vida le dio una vuelta de 360 grados y terminó estudiando Marketing, porque este pensó que ganaría más dinero trabajando de esto, al poco tiempo de graduarse Eduardo consiguió trabajo en una revista local en donde se hiciera de un nombre. Poco tiempo después alguien contacto a Eduardo y le preguntó que, si quería trabajar para una empresa independiente, el trabajo era promocionar bares y restaurantes, pero para la sorpresa de Eduardo, éstos pertenecían a un cártel de droga, este joven de 21 años aceptó el trabajo y cómo no, si le ofrecían por trabajo mil dólares (25,000 pesos) trabajando únicamente fines de semana.
Eduardo, el tiempo que trabajó con este cártel, vivió como rey; fue invitado a conciertos, pero en éstos se percató de que había grandes cantidades de hombres armados, Eduardo en ese momento se dio cuenta de lo que realmente pasaba; el joven de 21 años sintió muchas veces miedo, pues no sabía en qué momento podría haber un enfrentamiento. Aunque dicho por Eduardo, era divertido hablar y estar con los narcotraficantes, a pesar de que en cualquier momento le podían dar un tiro en la cabeza; en muchas ocasiones fue invitado por el jefe a sus mansiones y ahí se dio cuenta de lo lujoso que era, animales exóticos, autos de lujo y muchas mujeres.
Meses después de trabajar con este cártel, fue ascendido y con ello él pasaba más tiempo con el jefe en su oficina, ahí se dio cuenta cómo llegaban paquetes y paquetes de dinero, cierta ocasión este joven le preguntó al jefe que si era parte de un cártel y este le respondió «¿quieres saber más o quieres fingir que no sabes nada?», él le contestó: «Mejor vamos a fingir».
Con la inseguridad y el miedo de morir en cualquier momento, Eduardo poco a poco se fue alejando de la empresa y el cártel, hasta que un día el jefe le marcó por teléfono para preguntarle si quería seguir trabajando para ellos, y éste respondió que no, el jefe sólo le deseo buena suerte y colgó, Eduardo se tomó un descanso y decidió tiempo después empezar de nuevo en otra empresa. Él narra que trabajó para este cártel de droga alrededor de ocho meses.
Comentarios