Llegaron al grado de aplicar la máxima de uno de los hombres más corrupto del sistema priista, nos referimos al fundador del Grupo Atlacomulco, el otrora poderoso maestro Carlos Hank González, quien acuñó la frase: «Ser un político pobre, es ser un pobre político». Hoy el PRI se encuentra en la antesala de la extinción, su lugar en el Gobierno Federal lo vino a ocupar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sin embargo, aunque se pretende desmarcarse de las prácticas tricolores, el gurú principal de la Cuarta Transformación regresa al paternalismo disfrazado.
Es cierto que es loable que se tome en cuenta a las personas de la tercera edad y que se estimule a los jóvenes mediante un apoyo monetario, pero lo ideal sería que se generaran verdaderas fuentes de empleo y que no se les venda un espejismo que los pondrá al filo de la desilusión. Aunque para el presidente, eses tipo de apoyos le permitirá, como alguna vez lo hizo el PRI, mantener el control del país.