La idea de William era matar a todos los que pudiera y luego de que llegara la policía al lugar, el chico planeaba matarse. Pero la abuela de Williams persuadió al joven y lo convenció para que lo llevara al Convenant Medical Center en Lubbock, Texas; su nieto fue aceptado para ser revisado.
Luego de una pequeña instancia, el chico de 19 años le dijo a la policía el cuarto de hotel donde estaban las armas y donde además había una gabardina negra, pantalones tácticos negros y guantes sin dedo con las palabras «Let’ Em Come» («Deja que vengan» por su traducción al español); gracias a su abuela se evitó otra masacre en Estados Unidos.