Por cierto, cuando Lorenzo Portilla dijo que no pudo hacer nada en contra del saqueo de Duarte y compañía, que porque Duarte perfeccionó el arte del saqueo, se estaba también refiriendo a la asesoría que Iván López Fernández le brindó al exgobernador. López Fernández fue el perfeccionador, un hombre de todas sus confianzas.
En algún momento Tarek Abdalá, en su papel de soplón, confesó que a Iván López se le encargaron las cajas de huevo con mil millones de pesos que se debieron entregar al PRI nacional. El arte del desfalco es una de las especialidades de este aspirante a ser titular del Orfis.