Muchos de sus líderes dicen que están al servicio del interés general, cuando realmente se están sirviendo de su cargo. Otros sólo buscan descargar sus horas en actividades políticas. Lo cierto es que, en Veracruz, son muy pocos los líderes sindicales que realmente se preocupan por sus afiliados. Los más perjudicados por la indiferencia de los líderes sindicales son los jubilados, los maestros de nuevo ingreso que no reciben sus pagos de manera puntual y aquellos maestros que llevan años buscando un cambio de adscripción, sin que se les tomen en cuenta.
Y es que en estado que gobierna Cuitláhuac García, cada líder sindical jala agua para su molino, predominan los intereses personales, como un gran bloque que no permite que el magisterio veracruzano esté unido y bien consolidado. De esa manera, es más fácil para el gobierno tenerlos controlados.