A unas cuadras de donde viven los padres del gobernador, que por cierto tienen apostadas varias camionetas de la Guardia Nacional enfrente de su casa, unos ladrones entraron a robar a la casa de Zoila, una mujer de 66 años. Los ladrones forcejearon con ella y terminaron asestándole 66 puñaladas en diferentes partes del cuerpo hasta dejarla muerta. ¿Por qué le sucedió esto a Zoila? Pues porque Zoila no tenía esos dos guaruras que custodian al gobernador; esos guaruras que lo hacen sentir seguro.
Tampoco tenía Zoila camionetas de la Guardia Nacional, como las que se encuentran apostadas afuera del domicilio de los padres de Cuitláhuac García, en la calle de Chihuahua de la colonia Progreso de Xalapa, a sólo cinco cuadras de donde vive Zoila. Si Zoila tuviera al menos dos guaruras, seguro podría decir lo que dijo el gobernador: «No hay inseguridad, en el estado, y yo solo tengo a dos personas que andan conmigo».