Comenta Bernardo Gutiérrez Parra que «lo bueno de la octava visita de AMLO como presidente a tierras veracruzanas, dicen los que cubrieron el evento, es que ya no le levantó el brazo a su pupilo Cuitláhuac García, ni habló de su honestidad a toda prueba. Y es que ahora sí ni cómo ayudarlo». El gobernador Cuitláhuac García sigue empecinado en ocultar la ineficiencia de su gobierno echándole la culpa a otros.
Apenas la mañana de este martes, tal vez consciente, tal vez de manera inconsciente, el gobernador le dedicó al tema del fiscal Jorge Winckler más tiempo que a cualquier otro asunto que apremia en el estado.
No se da cuenta el gobernador que sus dichos sobre el fiscal ya embotaron los oídos de los veracruzanos, que ya nadie lo escucha cuando se trata de echarle la culpa a Winckler. Pero en su discapacidad intelectual, el gobernador sigue creyendo que cada vez que golpea a Winckler mete gol, aunque en realidad es un autogol.