En Veracruz no termina de convencer el trabajo del secretario de Educación de este estado. Antes de llegar a ocupar el puesto que hoy ostenta, muchos maestros, algunos con mucho mejor perfil que el actual funcionario, cuestionaron la frivolidad y liviandad del actual gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, al poner a una persona que no tiene la más mínima experiencia en la administración pública. Su especialidad y único mérito fue tomar carreteras, casetas y el Congreso del Estado, por el cual anda cargando bajo el sobaco un amparo, que lo libra, por el momento, del fresco bote.
Zenyazen Escobar García no es pedagogo ni tiene formación normalista, es comunicólogo y tiene amplia experiencia con estilo de aprendizaje kinestésico, ya que en el pasado le gustaba expresar sus emociones con movimientos cachondos. Sin embargo, lo realmente preocupante, en estos momentos, es que Veracruz ocupa el último lugar en la evaluación del INEE. Desde el 2018, los alumnos de sexto grado presentan serias dificultades en Lenguaje y Comunicación y hasta el momento ni el titular de la SEV ni la subsecretaria de Educación Básica saben cómo solucionar este problema.
Lo peor del asunto para los veracruzanos es que de todo su equipo no hay uno que se salve. Esas son las consecuencias cuando se privilegia el amiguismo y compadrazgo y se deja de lado la experiencia y sólida preparación pedagógica. Lo cierto es que, a la hora de entregar cuentas, tenga por seguro que se maquillarán muchas cifras.
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