En el imaginario colectivo la figura de Norberto Ronquillo se mantenía incólume, dado que se sabía que Norberto fue un joven altruista, que participó en el rescate de víctimas de los pasados sismos. Asimismo, la familia y amigos se expresaban muy bien de él. Por supuesto, esa imagen debe permanecer así, como la víctima de un acto criminal, un acto injustificable que nos llena de horror.
Vale mencionar que, de otro joven asesinado, el seminarista Leonardo Avendaño, se destacaron en un principio sus virtudes, hasta que la PGJ dio a conocer que se encontraron videos e imágenes del joven con otros adultos a los que presuntamente extorsionaba. Pero como dijo el padre de Norberto Ronquillo: «Las investigaciones son las buenas y vamos a saber la verdad».