El gobernador Cuitláhuac García no está exento de una sanción moral, ante el hecho de haber mentido a los veracruzanos, al propio presidente de México; y es que ocultar la verdad también es mentir. El gobernador nunca quiso reconocer la consanguineidad con su primo-hermano Eleazar Guerrero, pero ahora que ya es evidente su consanguineidad, el gobernador ampara su cinismo en el hecho de que el nepotismo no tiene sanción jurídica.
Habría que recordarle al gobernador que el propio presidente emitió un Memorándum en contra del Influyentismo y el Nepotismo, donde la sanción moral es todavía más rigurosa.