El México narco ha dejado muchas historias que contar al pasar de los años, una de esas historias es la de Agustín García Reyes, El Chereje, un joven de 25 años nacido en Cocula, Guerrero, que hoy está libre a pesar de su confesión en la privación ilegal de la libertad y homicidio de una gran cantidad de personas en distintos lugares. El Cheje o Chereje salió del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 4 Noroeste, municipio de Tepic, el 26 de octubre de 2018 porque la PGR fue incapaz de comprobar los delitos de delincuencia organizada y secuestro que le imputaba.
Agustín García Reyes cuenta que su vida fue siempre un martirio; a la edad de siete años perdió a su mamá, pérdida que no extrañaría pues cuenta él que era una mujer mala, que le pegaba y abusaba psicológicamente de él. Declara Agustín que su padre siempre fue alcohólico y murió cuando él tenía nueve años. A la muerte de los padres mueren se tuvo que pasar a vivir con un hermano mayor, el cual se iría a los Estados Unidos para así dejarlo solo. Mientras El Chereje narra su pasado, las piernas se le mueven incesantemente.
En su narración, el joven reconoce que la adicción a las drogas y al alcohol fue un problema grave en su vida. La vida se le fue complicando de tal manera que un día desidió participar y hacerse miembro del cártel de Los Gerreros Unidos. En su confesión dijo haber empezado como halcón, nada más cuidaba si pasaba gobierno o gente armada de otras organizaciones.
Confiesa que al principio le daban siete mil, después nueve mil, y al final 12 mil semanales . Cuenta Agustín García Reyes que la sensación de andar metido en el negocio de las drogas es extremadamente adictiva, es el ascenso que vas obteniendo. «Se siente como lo que debe de sentir un halcón por los aires». Al final de la entrevista, El Chereje ha dicho que Dios le ha dado una nueva oportunidad para tratar de alinear su vida de una buena manera.
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