Jorge Flores Martínez / El desempeño de un país se puede medir de distintas formas y todas estas se deben elaborar por medio de datos que sean perfectamente verificables. No existe ninguna metodología seria que considere “otros datos”.
En primer lugar es indispensable tener claro que los datos, además de verdaderos, tienen que ser comparables desde por lo menos dos perspectivas, en el tiempo y con otros casos similares, es decir, una medida que podamos comparar en el pasado y ver su variación o con un caso comparable en el mismo momento en el tiempo.
Uno de los datos más utilizados para analizar el desempeño económico de un país o región es el Producto Interno Bruto (PIB). El PIB es el valor monetario de toda la producción de bienes y servicios durante un período de tiempo determinado. México según el Fondo Monetario Internacional (FMI), tiene un PIB $1,241,450 millones de dólares y se encuentra en el sitio 15 entre 189 naciones consideradas.
Pero como un dólar no compra lo mismo en Manhattan que en la Sierra de Zongolica, se tienen que realizar algunos ajustes para llegar al PIB por paridad de poder adquisitivo (PPA). En este caso, nuestro país tiene un PIB por PPA de $2,658,041 millones de dólares y se encuentra en el sitio 11, debajo de Francia y arriba de Italia.
Ahora ya tenemos claro que México es una de las economías más grandes del mundo, por PPA estamos arriba de países como Italia, España, Canadá o Australia, pero aquí viene el dato triste, no es lo mismo dividir un pastel entre 2 personas que entre 20. Lo mismo sucede con el PIB, que al momento de dividirlo entre todos los habitantes de un país obtenemos el PIB per Cápita. En el caso de nuestro país, al dividir los $2,658,041 millones de dólares entre todos los mexicanos obtenemos un PIB PPA per cápita de $20,616 dólares y nos vamos al lugar 63, debajo de Argentina y un poco arriba de Tailandia.
Ahora sabemos que nuestro país es la economía 11 del mundo por PIB por PPA y con $20,616 dólares per cápita somos el lugar 63 de 189 naciones. Pero estos datos apenas nos dan una idea del tamaño de nuestra economía y debemos ser conscientes que los $20,616 dólares per cápita es un supuesto donde la riqueza de un país se divide perfectamente entre todos los habitantes, lo que obviamente no es real. Es por esto que tenemos que buscar otro dato que nos ayude a ver como se distribuye el ingreso en el país, para esto tenemos el coeficiente de Gini, que representa el nivel de distribución, donde 0 es la igualdad perfecta y 1 es la desigualdad absoluta.
En lo que se refiere a igualdad medida por el coeficiente de Gini, México se encuentra en el lugar 119 de 159 naciones. Arriba de Perú, Chile, Guatemala, Colombia y Brasil. Es decir, somos un país de media tabla, tenemos un problema en desigualdad de ingresos, pero definitivamente hemos avanzado en los últimos años.
Por último, abordaremos el que para mi es la medición más completa para determinar las condiciones reales de un país, no debemos olvidar que todos los datos anteriores se basan en información solo económica, y que por el contrario, el Índice de Desarrollo Humano (IDH), considera aspectos multidimensionales como: esperanza de vida al nacer, mortalidad infantil, años promedio de escolaridad, ingreso familiar, consumo por persona, entre otros, que por su solidez, nos ayuda a distinguir si un país es desarrollado, en desarrollo o subdesarrollado.
En Desarrollo Humano nuestro país se encuentra en la posición 74 de 189, prácticamente junto a Cuba y arriba de Venezuela, Brasil, China, Ecuador, Perú y Colombia. Esta posición es de un IDH alto. Es importante decir que en el caso de Cuba, los datos son inferidos, ya que la información económica no está disponible y la restante no es verificable.
Lo que podemos concluir de todo lo anterior es que nuestro país ha avanzado en todos los indicadores en los últimos años, posiblemente no como hubiéramos deseado, pero no somos para nada una economía fracasada, somos desiguales, pero lejos de ser el país más desigual del continente, nuestro sistema de salud, con todas sus carencias, es muy superior al de otros países latinoamericanos y tenemos un sistema educativo que, con deficiencias importantes, es relevante en nuestra región.
Hay mucho trabajo que hacer, tenemos que detonar nuestra economía de una forma importante, intensificar esfuerzos en educación y salud y seguir disminuyendo la desigualdad de ingresos con políticas de generación de riqueza y valor.
Cuando uno ve los países más ricos y desarrollados del mundo, es claro que una condición indispensable de prosperidad y desarrollo es la libertad económica. En los primeros lugares se encuentran economías libres: Noruega, Suiza, Australia, Irlanda, Alemania, Islandia, Hong Kong, Suecia, Singapur, Países Bajos, Dinamarca, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido y por nuestra región, Chile es el mejor posicionado en el lugar 44.
Debemos entender que es en libertad, con mercados libres y una meritocracia donde el esfuerzo y la preparación sean el aliciente para destacar y triunfar.
En México hemos vivido muchos años en un capitalismo de cuates y estamos por dar inicio a un socialismo de la cuarta transformación, los dos no son otra cosa que sistemas que administran nuestras libertades y deforman el mercado, la primera concentrando la riqueza en unos cuantos y la segunda repartiendo la pobreza igual entre todos.
Yo ya estoy cansado que administren mis libertades.
Según pronósticos de instituciones internacionales, México en el 2030 podrá ser la séptima economía del mundo.
Yo en este momento dudo que estemos entre las primeras 20.
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