Édgar Spinoso, se hizo público, vivió el suplició de una hija enferma de cáncer. El entonces diputado hizo todo lo que estuvo en sus manos por curarla, incluso acudió a los mejores hospitales de Houston, Texas; al final el cáncer venció. Uno podría suponer que esta experiencia debió sensibilizar al exdiputado, debió hacerlo reflexionar que al final la vida es más importante, y que el dinero no puede comprar o arreglar todo en este mundo.
En los tiempos de las empresas fantasma, escándalo donde se vio involucrado pues dos de esas empresas, Ganprover y Alecde, tenían como socio a su hermano César, ahora en la cárcel, Édgar Spinoso dijo que él no tenía nada que ver en ello, que su fortuna fue gracias a una herencia que le dejó su padre, quien fue asesinado hace muchos años.
No obstante, iniciado el gobierno de Yunes Linares, el propio gobernador de entonces dijo que Édgar Spinoso había devuelto parte de lo que robó, entre esas propiedades un helicóptero. Entonces la fortuna de Édgar Spinoso no sólo fue herencia, sino que también fue mal habida.
Insensible Spinoso amenaza a un hombre, incluso amenaza a la familia de éste, a esposa e hijos; hijos, cuando él sabe lo que se sufre por los hijos. ¿Qué se necesita para que un hombre se sensibilice? ¿Qué terrible experiencia se debe vivir para que un hombre entienda que lo más importante es la vida, de uno y de los demás? Tal vez la cárcel sirva un poco, y si no es la cárcel, entonces se verá expuesto a otras tragedias.
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