Jorge Flores Martínez /
Los políticos solo hablan de problemas por la sencilla razón que no tienen las soluciones.
En esta ocasión intentare explicar un cambio que veremos en México en las próximas décadas y de la que nada o muy poco estamos haciendo, me refiero al cambio demográfico.
Nuestro país, al igual que prácticamente toda Latinoamérica, esta en un proceso de transición demográfica que cambiará las reglas del juego de una forma de la que no somos plenamente conscientes aun.
La humanidad desde tiempos inmemoriales había venido creciendo muy poco, presentaba alta natalidad y baja esperanza de vida, la mortalidad infantil era muy alta, por lo que la población crecía un poco en épocas de abundancia y se reducía drásticamente cuando se presentaban epidemias, guerras, tragedias naturales o hambrunas.
Todo cambió en la revolución industrial, se mejoraron técnicas agrícolas, la ciencia médica presentó progresos no vistos antes, la sanidad mejoró, es decir, las condiciones de vida de las personas fueron mucho mejores, lo que se tradujo en una alta natalidad, baja mortalidad infantil y una mayor esperanza de vida de la población, que resultó en un importante crecimiento de la población mundial a partir de 1800.
Los primeros países que presentaron esta fase 2 de la transición demográfica fueron los europeos, durante el siglo XIX y principios del XX, tuvieron una alta natalidad y baja mortalidad infantil, pero por cuestiones históricas, presentaron una alta emigración a los países americanos, sobre todo a los EEUU, lo que permitió mantener un crecimiento relativamente moderado en sus poblaciones.
Después de la Segunda Guerra Mundial, mientras Europa y Norteamérica iniciaban con la fase 4 de la transición demográfica, donde sus poblaciones ya presentan crecimientos bajos, el resto del mundo, junto con nuestro país, apenas inicia la fase 2 de esta transición demográfica.
Es en los años de 1950 a 1980 que Latinoamérica y el resto de los países en desarrollo tienen tasas de crecimiento históricamente altas, su población de dúplica cada 30 años. En nuestro país pasamos de 30 millones de habitantes en 1950, a 75 millones en 1980.
En esos años se hablaba de la “Explosión Demográfica” y el fin de la humanidad como la conocemos. Se iniciaron algunas políticas de control poblacional en muchos países de Latinoamérica y Asia, siendo la de un solo hijo en China, la más extrema.
El resultado de esas políticas de control poblacional, así como cambios sociales y económicos en los países en desarrollo, derivaron en un paso acelerado a la siguiente fase de la transición demográfica en prácticamente todos los países en desarrollo, es decir, la natalidad bajó de forma importante, la mortalidad infantil se encuentra en niveles muy bajos y la esperanza de vida aumenta constantemente, con lo que el crecimiento de la población ya se ralentiza poco a poco.
En este momento nos encontramos en México y prácticamente en todos los países en desarrollo, en plena transición a la fase 4, donde la tasa de natalidad y mortalidad se igualan y el crecimiento poblacional es mínimo o prácticamente nulo. Pasamos de 6 hijos por mujer en 1970 a 2.2 hoy en día y disminuyendo.
Es importante decir que hace 50 años los especialistas solo hablaban de cuatro fases de transición demográfica, hoy en día se ha agregado una quinta fase, países que muestran muy baja natalidad, alta mortalidad y un envejecimiento que conllevan decrecimientos de su población, como Japón, Europa del Este, Alemania, Italia y España, que compensan con inmigración.
En nuestro país el equilibrio o “crecimiento cero” se alcanzará en torno al año 2050, con una población de 165 millones, que en los años subsecuentes iniciará un lento pero marcado descenso año con año. Seremos un país de viejos, con una natalidad muy baja, menos de 2 hijos por mujer.
Lo que es importante considerar es que toda Latinoamérica presentará la misma transición demográfica en estos años, algunos alcanzaran el equilibrio o “crecimiento cero” antes y otros un poco después, pero en unos 30 años, nuestra región dejará de crecer en población.
Así será en todo el mundo menos en África, que lleva un par de décadas de atraso respecto al resto de los países en desarrollo y será justamente esta región la que aportará el grueso del crecimiento poblacional mundial en la segunda mitad de este siglo. De los 7,500 millones de personas en el 2020, seremos 11,000 millones en el 2100, es decir, 3,500 millones más, de los cuales, 3,000 millones los aportará áfrica y el resto Asia por su enorme inercia poblacional.
Lo que resta preguntarnos es qué estamos haciendo como país para enfrentar este enorme reto social y económico que veremos en los próximos 30 años en México.
Me preocupa que lejos de implementar políticas serias en cambio de estructura poblacional, migración, productividad y sanidad, estemos debatiendo en regresar a 1970, a un México que ya no existe y que es imposible sustentar con los cambios de estructura poblacional que tendremos.
Lo siento, pero la nostalgia por el pasado nunca será buena consejera para enfrentar los retos del futuro.
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