Las revelaciones sobre la forma como actuaron los secuestradores y asesinos del joven Carlos Arturo Nájera Verdejo, deberían ponernos en alerta. Sobre todo, porque existe la creencia de que los secuestradores buscan objetivos que les puedan rendir jugosas cantidades de dinero. Se sabe de hijos de gente muy adinerada por quienes han pedido millones de pesos; los secuestradores estudian bien a la víctima y a los familiares de la víctima. Conocen de sus propiedades y algunos hasta investigan sus cuentas bancarias.
Pero de acuerdo con lo publicado por la periodista Claudia Guerrero, nos podemos dar cuenta que los secuestradores de Carlos Arturo de 13 años no hicieron ningún estudio ni buscaron una víctima de familia adinerada. Sólo buscaron una víctima vulnerable que fue llevado casi a rastras por una compañera de escuela hacia sus captores y asesinos. Ahora se sabe que los secuestradores pidieron primero 600 pesos, así como lo lee, 600 pesos y después 6 mil pesos.
Ese dinero lo ocuparon para pagar deudas de droga y quizá para comprar más droga. Pero, ¿por qué asesinar a Carlos Arturo? La manera despiadada como actuaron los asesinos sólo se explica en el contexto del consumo indiscriminado de drogas. ¿Qué hay de la jovencita que llevó a Carlos Arturo a sus captores? ¿Es ella también una víctima?
Independientemente de los juicios que podamos emitir o de las culpabilidades que debamos repartir, aquí lo más grave es que algunos malvivientes están mirando el secuestro y el asesinato de personas vulnerables, como una manera para salir de problemas económicos, o de deudas por drogas. Como padres de familia debemos explicar a nuestros hijos de la importancia de no dejar que por ninguna razón los desvíen del camino a casa, de la importancia de estar siempre comunicados. Crímenes como el de Carlos Arturo Nájera Verdejo no se deben repetir.
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