De acuerdo con reportes de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), no se sabe a dónde fueron a parar muchos de los donativos que se entregaron vía el Fideicomiso Fuerza México. Ese fideicomiso lo administró el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y Nacional Financiera, es decir, el Estado fue ajeno al manejo de los dineros. ¿Por qué lo hizo? Para deslindarse del saqueo.
De acuerdo con el reporte de la ASF, «la gestión gubernamental de la SHCP en los donativos para atender a la población afectada por los sismos de 2017 fue deficiente, ya que no estableció bases ni lineamientos para emitir las convocatorias, recepción, administración, control y distribución de los donativos; no acreditó que se coordinó con las autoridades correspondientes, entre ellas la Secretaría de Relaciones Exteriores, y el Fideicomiso Fuerza México, para la recepción y distribución de los donativos; y no evidenció contar con criterios de confiabilidad ni mecanismos de actualización permanente». En pocas palabras, el gobierno dejó que se robaran ese dinero, habiendo tanta gente desesperada por haber perdido todo su patrimonio.
