Silencio sepulcral del gobierno de Veracruz por affaire del góber mentiroso

Cuitláhuac García Jiménez y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Cuando José interpretó el sueño al Faraón, le recomendó buscar entre sus hombres «un varón prudente y sabio» para ponerlo sobre la tierra de Egipto (Gn. 41:33). La palabra hebrea que se traduce como “prudente” en este texto del Génesis, da la idea de un individuo con visión, que puede diagnosticar con precisión un problema; mientras que la palabra “sabio” señala más bien su capacidad para buscar la solución apropiada; siempre implica una capacidad constructiva. En Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García hizo todo lo opuesto. Dejó a un lado la prudencia y la sabiduría y se dejó llevar por la consanguinidad.

Hoy la verdad le ha caído al Ejecutivo local como un balde agua fría. El hijo de Atanasio García Durán tendrá que conocer y enfrentar a un presidente obcecado y tozudo, sabe que su futuro político está en juego. El affaire de negar el parentesco con su subsecretario de Finanzas y Administración, le ha salido muy caro.

Ni las porras y halagos de las tribus de chairos que están pegados al programa Jóvenes Construyendo el Futuro lo podrán salvar. Cuitláhuac García sabe que tendrá que enfrentar al máximo gurú de la 4T, sabe que violó el máximo apostolado de no mentir, y aunque de un buen regaño no pasará el asunto, esta acción es duro golpe para Morena en el estado de Veracruz. Y todo por andar de tapadera con la familia. Por cierto, hay un silencio sepulcral en Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz.

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