Sin embargo, se equivocó, el cinismo mostrado por la encargada de la Contraloría General del Estado fue una verdadera ofensa a la inteligencia de los medios veracruzanos. Al grado en que mostraron una verdadera investigación genealógica que dejó a Leslie Mónica Garibo como una funcionaria con actitud servil y abyecta al poder en turno.
Por otro lado, el tal Bola 8 no compone ni resuelve absolutamente nada. Después de la cascada de evidencias, el señor secretario de gobierno sigue montado en su macho, negando el parentesco entre su patrón y el encargado de los pesos en el estado de Veracruz. De manera que estos dos funcionarios salen sobrando en el cojitranco gobierno del ingeniero Cuitláhuac García.