Lo más sagrado que tiene un trabajador para poder llevar honradamente el pan a la mesa de los suyos, es el trabajo. Mediante éste, el trabajador puede adquirir su casa de interés social, pero finalmente es su casa y se deja de estar pagando renta mensual. También tiene derecho a recibir asistencia social en caso de alguna emergencia médica o de rutina. Y es que caer en las garras del desempleo, es un viacrucis que más de 60 millones de mexicanos sufren diariamente. Por esa razón, los maestros mexicanos cuando vieron que la mal llamada Reforma Educativa, que apoyó el mismo SNTE, atentaba contra su permanencia, levantaron la voz y al unísono miles de maestros de todos los estados, salieron a protestar a las calles.
Hoy, cuando el PRI, el PAN y el PRD, partidos políticos que avalaron el Pacto por México que impulsaba la reforma en materia de educación pública, el SNTE, de manera cínica y descarada asoma la cabeza y quiere ser protagonista de la Cuarta Transformación. A quién quiere engañar Alfonso Cepeda con sus foros regionales para supuestamente juntar las sugerencias para implementar las Leyes Secundarias.
Su papel como garante del progreso académico y de la supuesta preocupación por los maestros, sólo ofende la inteligencia del magisterio mexicano. Lo cierto es que cada día que pasa, es un día menos para Alfonso Cepeda y su sequito de aduladores. Tarde o temprano tendrá que enfrentar su destino. Y ese es la anhelada democratización sindical. ¡Ya falta menos!
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