La fría indiferencia que siente el presidente Andrés Manuel López Obrador por Alfonso Cepeda Salas, secretario del SNTE, es evidente en la fotografía que se tomó en el Homenaje que rinde el mandatario nacional al periodista Paulino Martínez, quien encabezó la comisión zapatista en la Convención de Aguascalientes. Como un verdadero florero, en quien pocos reparan, así lució el dirigente magisterial, que se resiste a sacar la convocatoria para renovar el Comité Ejecutivo Nacional.
En el marco del Día de la Libertad de Expresión, el titular del Ejecutivo reconoció la labor del comunicador con la develación de una placa en su honor, colocada en la fachada del Centro Cultural del México Contemporáneo. Y mientras esto pasaba, Alfonso Cepeda Salas hacía circo, maroma y teatro, para que el ejecutivo federal le hiciera un giño, o por lo menos que le permitiera sacarse una foto con él, como las que se saca con la diputada Geraldine Ponce.
Pero no, el presidente se mostró ante Alfonso Cepeda Salas completamente indiferente. Y todo por no ponerse a tono a los vientos democráticos de la Cuarta Transformación.
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