Después, ya como senadora, sabiendo que es intocable por el fuero, muy valiente la señora de la tercera edad gritó con rencor: «Sátrapas, ratas, entrelucidos y lurios. Así se los digo y se los sostengo y no les tengo miedo cabrones». Lo hizo porque se siente justa. Pues la gran justiciera, Lucía Trasviña, ya mostró por qué no tiene miedo, y es que, al parecer, a pesar de la custodia y la vigilancia, la señora anda armada.
Recientemente Lucía Trasviña se tomó una foto con una pistola, una Glock 45 mm, que presumió en las redes sociales. Vaya con la señora, y eso que Andrés López Obrador anda pidiendo abrazos, no balazos.