Por favor, no seamos fanáticos de la ignorancia; ya basta de tanto oscurantismo. Lo disposición que se aprobó en la Ciudad de México sobre el uniforme neutro no va a obligar a las niñas a que usen pantalón si no quieren, como tampoco obligará a los niños a usar falda si no quieren. Lo único que hace esta disposición es brindar a las niñas y a los niños, a los padres y madres a que opten por el tipo de uniforme que quieran para sus hijos o hijas. Optar significa escoger una posibilidad entre varias.
Esto lo aclaramos porque ya empezaron las organizaciones de derecha, esas que todavía viven en la época medieval, a decir que rechazan a priori el uniforme neutro, porque ello ideologiza a los niños. La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) señala que «la igualdad se dará cuando, tanto niños como niñas, tengan las mismas oportunidades de estudiar, las mismas oportunidades para desarrollarse, las mismas oportunidades para jugar, las mismas oportunidades para practicar deporte, sin excepción».
Y en eso tienen razón, sin embargo, la ideologización de una persona no se consigue al brindar más opciones a los estudiantes; es más fácil ideologizarlos quitándoles esas opciones, uniformándolos, estigmatizándolos y obligándolos a ser simples expectantes de los que los adultos les ordenen.
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