La verdad es que las visitas de López Obrador a Veracruz han dejado de ser un día de campo cualquiera. Si usted cree que Cuitláhuac García está muy contento de que el presidente ande asomándose a cada rato al estado, aunque sea para darle un espaldarazo, pues parece que no.
El presidente de México ya se dio cuenta que una cosa es los que le dice Cuitláhuac García, y otra cosa es lo que los veracruzanos sabemos. Señor presidente, los veracruzanos tenemos otros datos. Pero era de esperarse, como dice el dicho, “tanto va el cántaro al agua que acaba por quebrarse”. De la misma manera, tanto vendrá AMLO a Veracruz, que acabará por enterarse de todo; ¡que por cierto es mucho!