Desde un principio, el presunto atentado en contra de la senadora Citlalli Hernández Mora mostraba demasiadas inconsistencias. De acuerdo con los primeros informes, que no surgieron de peritos en explosivos sino de la propia senadora y de sus empleados, un artefacto en forma de libro explotó, lanzando una llamarada que causó quemaduras leves en la senadora. Las fotografías del artefacto explosivo que circularon en redes sociales se entienden que fueron tomadas por el personal de la senadora. Esas fotografías y el protagonismo lúdico de la senadora causó muchas suspicacias.
En primer lugar, el artefacto explosivo no se ve “explotado”. Ahora bien, ellos dicen que no explotó, que salió una llamarada, pero tampoco se ven indicios de fuego; quemaduras en el artefacto, en el escritorio. No se ve nada. El portal informativo SDPNoticias, quien por cierto apareció en la lista que presidencia entregó sobre medios que recibieron “chayote” en tiempos de Peña Nieto, consultó al ingeniero Carlos Laddaga Chávez, experto en explosivos. Laddaga Chávez fue director de Protección Civil en el municipio de San Luis Potosí.
El ingeniero concluye: «El impacto es hacia arriba y no hacia la parte donde se ve con polvo, esto es totalmente falso. No se ven quemaduras cercanas. El libro está intacto, los dispositivos plásticos no se ven quemados, se ve polvo, pero nada se cayó. No se aprecia algún dispositivo accionador para que explote al abrir el libro, el cual estaría presente si hubiese sido real. El impacto es hacia arriba y no hacia la parte donde se ve con polvo, esto es totalmente falso». Si la senadora Citlalli Hernández Mora hizo un montaje y sólo busco reflectores, pues los consiguió, sólo que ahora la acusan de haber montado un atentado.
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