La estrategia de Éric Cisneros, secretario de Gobierno, ha cambiado. Ya no se levanta todos los días para mirarse al espejo y preguntarle: «Dime espejito, quién es el más bonito del gobierno de Veracruz». Le ha bajado poco, muy poco a sus ataques directos en contra del fiscal Winckler; ¿ya se habrá dado cuenta que son contraproducentes? Al parecer ya lee los comentarios de los usuarios que le reprochan que ya se ponga a trabajar en lugar de estar echándole la culpa de todo al fiscal.
Su estrategia ahora es colgarse medallitas ajenas. Como si fuera su idea, como si fuera su iniciativa, Patrocinio Cisneros se fue al ADO a dar el banderazo para poner en marcha las nuevas unidades de transporte del ADO; cosa que hacen cada año, pero ahora el señor presume que eso se dio gracias a su trabajo gestor. De todos modos, eso correspondería a el secretario de Desarrollo Económico.
Cisneros Burgos ha dictado línea a sus amanuenses para que pregonen sus logros, sus victorias. Ya anda pregonando que la baja de los índices de delincuencia que recientemente diera a conocer el Sistema de Seguridad Pública es mérito suyo, cuando Cisneros Burgos sólo se ha ocupado de la grilla en el estado. Al rato va a salir con que él fue el de la idea de los libros de texto gratuitos y va a querer entregarlos; o va a salir con que en el Festival de Salsa bailó mejor que Sergio el bailador. Ya no sabemos cuál es mejor, si el Éric Cisneros porro, o el Éric Cisneros arrogante.
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