Luis Ortiz Ramírez / En la obra de William Shakespeare, Julio César el dictador, dirige sus famosas últimas palabras a Bruto: Tu quoque, Brute, fili mi (Tú también, Bruto, hijo mío). Estas fueron las últimas palabras que exclamó el emperador Julio César, -“Et tu, Brute?”- al ser traicionado y acuchillado por su hijo adoptivo, a quien había amado y quien fue secundado por Cassius y los senadores romanos. El emperador tuvo que ver los ojos de odio de Brutus, que clavaba la estocada mortal, mientras él caía herido de muerte.
Quizás éste, junto al de Judas Iscariote, son los ejemplos de traidores más celebres de la historia. El mismo Dante Alighieri calificó a la traición como el hecho más bajo y ruin de este mundo, y representó a estos míticos traidores en su Divina Comedia, en el último círculo del infierno.
En la historia del sindicalismo en México también abundan las traiciones; Juan Díaz de la Torre, su sobrina Soralla Bañuelos y Alfonso Cepeda Salas, ex secretario del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, apoderada legal, y encargado de finanzas respectivamente, son un claro ejemplo de ello.
Cuando el gobierno federal detiene de manera injusta a la maestra Gordillo, y lanza una despiadada persecución contra el magisterio, estos oscuros personajes en lugar de dar la cara por sus afiliados, escondieron la cabeza cobardemente. Aunque al principio tuvieron una tímida postura de defensa a favor de su mentora, cedieron al poder y presión de Enrique Peña Nieto, desde luego, el ejecutivo federal, asesorado y aconsejado por Carlos Salinas de Gortari, coloco a Díaz de la Torre como el nuevo Secretario del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE. Total, ¡Muerto el rey, viva el rey!
No obstante, el tiempo es justiciero y vengador; en la actualidad el oriundo de Santa Gertrudis, Huejuquilla (Jalisco), ya no está en el mapa político, salió del SNTE como las chachas, por la puerta de atrás. En contraste, la mujer que lo meció en la cuna del sindicalismo magisterial, está a punto de tomar el lugar que legalmente le corresponde.
Por cierto, el interino que le cubre las espaldas, Alfonso Cepeda Salas intuye que en estos momentos, su situación cambiara en cualquier momento. Con todo, la historia también persigue y angustia a la dirigencia del SNTE y a su secretario interino. Los maestros le reclaman su tibia postura ante las reformas del gobierno mexicano, especialmente contra la mal llamada reforma educativa; ésta fue cobarde y supeditada al gobierno federal y sus instituciones.
Hoy que las aguas se han calmado, el tiempo les concedió la razón a los maestros rebeldes. Hoy la mayoría del gremio magisterial y la sociedad que etiqueto a los maestros de flojos y revoltosos, reconoció que esta medida sí vulneraba derechos y que se traducía finalmente en mayores cargas financieras para los trabajadores y menores expectativas de remuneración al momento de la jubilación.
No obstante, en corto plazo, no todo está perdido para el SNTE y su secretario de mentiritas; en los oscurito, Cepeda Salas maneja una cantidad de dinero estimada en $2,000 millones de pesos anuales de cuotas que recibe directamente, descontadas por nómina a los profesores, es decir no son pagados voluntariamente por sus agremiados.
Al de Arteaga, Coahuila le conviene que no exista un estricto control de tal cantidad, ni alguna rendición de cuentas. Por otro lado, eso no significa que los maestros se sientan adecuadamente representados por el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE.
La Coordinadora (CNTE) está permeando muy fuerte en todo el país, sin embargo su poder se limita a 3 o 4 estados, Maestros por México corriente identificada con la maestra Gordillo, se está fortaleciendo rápidamente en las 32 entidades. Además, el descontento generado por la Reforma Educativa propiciaron la movilización, aun en sectores que no habían mostrado descontento contra la dirigencia del SNTE, ante su papel no sólo como promotor sino como abierto ganador de privilegios económicos y políticos (diputaciones plurinominales y puestos en la función pública) en contra de los intereses de sus afiliados a los que por supuesto, no consultó.
Ante esta situación, la cuestión de la legitimidad de la dirección del SNTE se avizora cada vez más frágil. Sin embargo, los secretarios seccionales, como soldaditos de papel, deberán apaciguar las aguas de la sublevación magisterial en el pequeño feudo que les corresponda. Por consiguiente, Alfonso Cepeda Salas, el “Bruto” naciente, deberá aprender a comer de prisa y a andar de bajo perfil; ya que tarde que temprano tendrá que andar a salto de mata, no hay de otra. Ese es el camino de los traidores.
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