A seis meses de que López Obrador tomara las riendas del país, algo está ocurriendo en la mente de algunos pueblos. El presidente ha dicho que no se utilizará la fuerza pública en contra de la población, ante esta premisa los pobladores están abusando, y los grupos de criminales se están aprovechando de ello. Lo vimos en el caso de la toma de Pemex de Tlahuelilpan, Hidalgo.
Antes de la explosión, los soldados llegaron para retirar a la población y los propios huachicoleros, infiltrados como civiles, se enfrentaron a los soldados, animándolos a que se bajaran a darse “un tiro”; pero los soldados no lo hicieron, dejaron que las cosas sucedieran y ya sabe usted el final. Algo se debe hacer para que esto no se repita, para que los delincuentes no se aprovechen de la población que los protege ya sea por miedo o por conveniencia.