Édgar Landa Hernández* / Cada persona tiene un trabajo por el cual hace su mejor esfuerzo para recibir a través de él una remuneración. El trabajo es determinante en la vida de casi cualquier persona: por el periodo que le dedica, por el lugar que le obliga a tener contacto y relación con otras personas, por lo que le aporta o le resta en su realización como individuo y por la capacidad económica que influye también en su vida cuando no está trabajando.
Quien trabaja en lo que le gusta es una gran bendición, ya que hace su encomienda de una forma agradable, y sobre todo plena. A cuántos hemos escuchado que únicamente trabajan por necesidad sin estar haciendo realmente lo que les gusta o lo que estudiaron.
Actividades o profesiones que las efectúan por que el padre o la madre les dejó una plaza o sencillamente porque es una forma de obtener dinero a través de un trabajo.
¡Si algo no te gusta, no tienes por qué hacerlo!
Busca tu verdadera vocación para que a través de tu talento desarrolles una actividad de acuerdo a ello y sobre todo buscando siempre beneficiar a un número mayor de personas.
Para la mayoría el trabajo es el espacio en donde se plantean las ideas hacia sus metas vitales, desde donde poder hacer balance del éxito o fracaso de sus vidas.
El trabajo no da trabajo cuando se hace con convicción de poder servir.
*Miembro de la Red de Comunicadores Independientes A.C
Comentarios