Su actitud burlona sólo demuestra dos cosas: primera, que el imberbe gobernador de Veracruz ya perdió el piso y, segunda, Escobar García piensa que les hace un favor a los medios al atenderlos. Se olvida que los gobiernos tienen la obligación y responsabilidad de mantener informados al pueblo.
El gobernador debe entender bien que información reservada es aquella que está relacionada con temas de seguridad pública o nacional, la investigación de delitos y la conformación de expedientes, pero negarse a contestar el precio de unas patrullas, con todo respeto esa sólo son estrategias dilatorias para salir del paso. Ni hablar, no queda otra más que acostumbrarse al estilo de gobernar de un mandatario que se siente que está en un circo de tres pistas.