La semana que pasó será recordada como muy extraordinaria por los habitantes de la Ciudad de México quienes debieron padecer una crisis ambiental que puso en gran riesgo su salud. Las medidas que se tomaron también fueron extraordinarias, pues se duplicó el Hoy no Circula, además de que se interrumpieron obras de construcción y mantenimiento para no estorbar el tráfico. También se suspendieron clases en varios días para todos los niveles escolares, y se recomendó no realizar actividades al aire libre.
En esa misma semana los habitantes de la CDMX aprendieron sobre las partículas PM2.5, que resultaron más dañinas que el simple smog o el ozono. Se estudiaron las causas de esta crisis y en parte se culpó a los muchos incendios que se originaron cerca del Valle de México. El monitoreó del aíre fue permanente, las reuniones de emergencia también.
Las soluciones para este tipo de crisis van desde endurecer los de por sí ya severos programas del Hoy no Circula, hasta la siembra de 10 millones de árboles. La crítica a este tipo de soluciones ya se está dando, pues a muchos no les parece que sean siempre los ciudadanos los que paguen los platos rotos. Pues desde hace varias administraciones se debieron establecer políticas ambientales que evitaran este tipo de crisis.
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