Todos confiaban en la piedad de la Reina Dragón, quien hasta la última temporada se había visto muy ecuánime, justa y firme, pero también sensata, prudente y misericordiosa. Sin embargo, en capítulo 5 de la octava temporada, cuando van contra los uros de la Fortaleza Roja, el pacto era que si la ciudad se rendía sonarían las campanas lo que evitaría el derramamiento inútil de sangre. Y así sucedió, ante la arremetida del dragón que acabó con la flota de naves enemigas y derribó los uros ardientes de Desembarco del Rey, el ejército de la reina Cercei decidió deponer las armas.
Las campanas sonaron en señal de rendición, pero entonces hubo un cambio en Daenerys, ella no aceptó la rendición y arrasó con toda la ciudad, con los ejércitos enemigos, pero también con la población inocente que había estado sufriendo el yugo de la estirpe de Cercei. ¿Qué le pasó a la Reina Dragón?
Daenerys se convirtió en la tirana que tanto odiaba, los genes de su padre el rey loco, pesaron más que el amor por Jon Snow. Cierto que la Reina Dragón perdió muchos seres queridos en muchas batallas. Pero todos han perdido seres queridos y no enloquecieron. No hay justificación para la masacre que ocasionó Daenerys Targaryen y se espera que esta acción sea sancionada.
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