Édgar Hernández* /
¡Crece el descrédito contra el gobernador!
Lo que son las cosas.
Al final del día la ciudadanía ignora quién es el más corrupto de los gobernadores en la última década.
Sin contar a Fidel Herrera, que dejó una deuda superior a los 10 mil millones de pesos en Veracruz, para terminar rumiando tristezas en una silla de ruedas, nos encontramos con un Javier Duarte que por años se ha dicho se llevó 35 mil millones de pesos y, sin embargo, está a punto de salir de la cárcel; evocamos a Miguel Angel Yunes que por más que le buscan lo le encuentran salvo una vieja “Carpeta Azul” del año del caldo refundida en la otrora PGR, y a un Cuitláhuac García el “honesto” del Pejelagarto, pero que de cara a la opinión pública, al primer lance desapareció 82 millones de pesos por el asunto de las patrullasgate.
En realidad siempre es lo mismo.
Los políticos de la filiación que sean, siempre se han mostrado dispuestos a echarse un taco de sal en campaña, pero ya gobierno se llevan hasta la cazuela.
Tantas esperanzas fincadas en Morena, tantas ilusiones para la clase desposeída de que ahora sí vendría la suya, para que al arribo de las tribus con su cuento de la Cuarta Transformación, resultaran más toscos, imprudentes, abusivos y rateros que a los que ahora acusan.
El tema de las patrullas es solo la punta del iceberg de lo desde el arranque de la actual administración se ha venido percibiendo: los moches, el nepotismo, la feria de cargos a los ninis, chairos y lo más granado de la ineptitud, la disposición de recursos destinados a programas sociales entregados a la causa política del Peje y Morena, las cuotas de recuperación para el Tren Maya, las refinerías y Santa Lucía, tan distantes de los veracruzanos.
¡Uff!
Observar el desparpajo para mentir de Cuitláhuac García resulta verdaderamente alucinante.
Ese transitar, con sus cripticas explicaciones, entre el ¡Oiga usted! de Cantinflas y, estas sí, las burradas de Manuel Huerta y los diputados Morenos como Ana Miriam Ferraez, es toda una aventura que hace olvidar nuestra tragedia ante la hilaridad que provocan.
Pero eso les vale.
Lo que sigue es gobernar… y gobernar para este amigo de extrañas maneras al gesticular y mover los brazos y piernas, es mentarle la madre al Fiscal Jorge Winckler, quien ya está en tratamiento por congestión intestinal de tanto reírse de las torpezas de su gobernador.
Y lo solo eso, llegar al grado de que los patos le tiren a las escopetas al anunciar la Fiscalía Anticorrupción que va a investigar a Cuitláhuac por el tema de las patrullas.
Hoy como hace seis meses la ciudadanía se sigue preguntando ¿Y a qué horas va a empezar a gobernar este atarantado?
Tal vez se tarde.
Aunque muy seguramente el pueblo no creo que aguante. Ya desde ahora se observan escarceos de reclamo popular de que si al menos no regresan a la gubernatura a Miguel Angel Yunes o se traen de asesor a Javier Duarte ahora que quede libre como quedó el exgobernador de Tabasco, Andrés Granier, quien se llevó más de 2 mil millones de pesos y ya anda en precampaña, le traigan un suplente a Cuitláhuac.
¿Pareciera un mundo bizarro?.. No pareciera ¡Lo es!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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