No obstante, el nepotismo violenta el derecho humano de acceso a funciones públicas de todos aquellos que se ven privados de oportunidades para competir justamente por un cargo público. Ahí están los casos bien documentados de funcionarios que tienen cargos de primer nivel en SEV. Ahí está también el caso del hijo de Érika Ayala, líder sindical del Cobaev, quien, sin el perfil y sin el proceso de rigor, el imberbe socoyote ya tiene tiempo completo y, lo peor, no desquita ese sueldo.
Por esa razón decimos que en Veracruz no pasa nada. El Veracruz de Cuitláhuac García es el reino perdido del nepotismo, donde los funcionarios colocan, sin méritos, preparación y violando la ley, a sus esposas, queridas, madres, maridos, hermanos, hijos, primos, suegros, yernos y no pasa absolutamente nada.