Según Wikipedia, el nepotismo es la preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza. No decimos que no tiene derecho a trabajar los familiares de los funcionarios, sin embargo, es deshonesto y poco ético abusar del puesto para colocar en primer lugar a los familiares. De acuerdo con el numeral 2 del artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice que: «Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de equidad, a las funciones públicas de su país».
No obstante, el nepotismo violenta el derecho humano de acceso a funciones públicas de todos aquellos que se ven privados de oportunidades para competir justamente por un cargo público. Ahí están los casos bien documentados de funcionarios que tienen cargos de primer nivel en SEV. Ahí está también el caso del hijo de Érika Ayala, líder sindical del Cobaev, quien, sin el perfil y sin el proceso de rigor, el imberbe socoyote ya tiene tiempo completo y, lo peor, no desquita ese sueldo.
Por esa razón decimos que en Veracruz no pasa nada. El Veracruz de Cuitláhuac García es el reino perdido del nepotismo, donde los funcionarios colocan, sin méritos, preparación y violando la ley, a sus esposas, queridas, madres, maridos, hermanos, hijos, primos, suegros, yernos y no pasa absolutamente nada.
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