Seguramente la mayoría de nosotros conocemos a una persona que de todo lo que nos dice le creemos la mitad, ya sea porque alguna vez nos mintió o porque suele echar mucha crema a sus tacos, es decir, exagera, fanfarronea de más o no es más que una persona mentirosa. Por ese tipo de personas es que existe el refrán, “de lengua me como un taco”, que se utiliza para decir que ya no creemos en lo que nos dicen, o que prácticamente ya sabemos que lo que se nos está diciendo es una mentira.
Y es que. de verdad, alguien en su sano juicio le cree a Leslie Mónica Garibo Puga, flamante Contralora del Estado de Veracruz, de que hará una minuciosa investigación sobre las carísimas patrullas que le costaron 208 millones al primo del gobernador, mismas que presume el ejecutivo local, como estrategia para abatir la inseguridad que azota a las principales ciudades de Veracruz.
Como le podemos creer a una persona que, a pesar de contar con las pruebas suficientes de nepotismo, que existe en la secretaria de educación de Veracruz, hasta el momento salga que son homónimos, y ni con el pétalo de un oficio de requerimiento, toque al responsable directo que es Roberto Zenyazen Escobar García. Quiere más pruebas, ahí le van.
Resulta que la responsable de primarias estatales, Nanyelly Teresa Zaldívar Sobrevilla, aquella excandidata que contendió por el municipio de Ixhuatán del Café, y que mordió el polvo de la derrota en las elecciones municipales pasadas, como premio de consolación le dieron el puesto que hoy dirige.
Pues para seguir las mismas pisadas del nepotismo impune de la encargada de Recursos Humanos, del jarocho, y del subdirector de Desarrollo Educativo, se le hizo fácil meter a sus dos cuñados a laborar a la SEV. Uno de ellos responde al nombre de Sebastián Velázquez Cuate, hermano directo de Héctor Velázquez, esposo de la responsable de primarias estatales, Nanyelly Teresa Zaldívar Sobrevilla.
Si Leslie Mónica Garibo Puga, flamante Contralora del Estado de Veracruz, quiere que los veracruzanos le crean, que espera para actuar. Pero no lo hará, y no lo hará, porque ella ya forma parte de esta cofradía de impunidad que impera en el estado de Veracruz. Esos son los vientos de la Cuarta Transformación jarocha.
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