El día que Francisco Villa llegó a Xalapa, dos negocios fueron asaltados, una joyería en Plaza Cristal y una farmacia Guadalajara en pleno Ávila Camacho. Pero todos confiaban que el nieto del Centauro del Norte llegaría a poner orden en la ciudad, sin embargo, no ha hecho nada. Lo que sí ha hecho es poner en su contra a los policías que comanda. En carta expresa dirigida al regidor Juan Gabriel Fernández Garibay, los policías de Xalapa acusan que el ayuntamiento de Xalapa no cumplió con lo que prometió cuando abrieron la convocatoria para pertenecer a la policía de Xalapa. Los policías tienen que combatir a los delincuentes bien armados, con un garrote, no les han cumplido los turnos de ocho horas, vaya no los de 12 horas que tanto han anunciado.
Para colmo, las mujeres policías son acosadas por los mandos superiores. Ya no aguantan a Mónica Ramírez Pech y Gonzalo Morales García quienes actúan con prepotencia. Y del nieto de Pancho Villa dicen: «Hace comentarios obscenos hacia los elementos operativos a fin de sobajarlos e intimidarlos. No se basan en perfiles para que los elementos puedan formar parte de las distintas áreas que están conformando; sólo los ponen al palancazo. El personal administrativo se está beneficiando con las licencias de manejo que está otorgando el ayuntamiento y los conductores no cuentan con ella. Los administrativos no tienen jornada laboral; entran y salen cuando quieren y los únicos que son obligados a jornadas extensas son los elementos operativos».
¿Y así quieren que los policías de Xalapa combatan el crimen? Pancho Villa Campa los pone en desventaja, según los quejosos, y así quieren que se combata la inseguridad.
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