Congruencia es el vínculo coherente entre lo que se piensa y lo que se dice, entre lo que se dice y lo que se hace. Un ejemplo claro está en lo que piensa y lo que acciona López Obrador sobre el nepotismo, pues ha dicho que en su gobierno esa práctica de otros gobiernos se habrá de desterrar. Su compadre, Miguel Rincón Arredondo, a quien le acaba de bautizar un hijo, ganó una licitación para surtir de papel a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, una licitación que podría otorgarle recursos que van de los 80 millones a los 200 millones.
A pesar de que Rincón Arredondo ganó la licitación a la buena, López Obrador declaró: «Voy a pedir a la instancia correspondiente del gobierno que se busque la forma legal de que se cancele ese contrato y le pido a mi compadre Miguel Rincón que entienda la circunstancia, nosotros no sólo somos honestos, queremos que se sepa que no quede ninguna duda de nuestra integridad, es ser y parecer».
Eso es congruencia, no lo que pasa en Veracruz donde abiertamente parientes en Salud, Educación, Gobierno, Finanzas y otras dependencias fueron colocados por los titulares. El mismo gobernador puso a su primo en Finanzas para que le maneje los moches. He aquí la diferencia, diferencia que la gente ya está captando, que una cosa es López Obrador en el Gobierno Federal, y otra son sus gobernadores en los estados.
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