El García Jiménez deberá tener presente que el presidente no siempre podrá dar la cara por él, él mismo tiene que responder con hechos y no con ocurrencias. Cuitláhuac García debe entender que, si alguien no está dando resultados, por muy amigo que sea, deberá quitarlo. Se debe privilegiar la ordenanza y seguridad de los veracruzanos y dejar a un lado las promesas amigueras que caracterizan a su gobierno.
El compromiso será bajar los índices de secuestros, feminicidios y asesinatos de inocentes en este fuego cruzado entre grupos delincuenciales. Deberá hacer caso a las denuncias de cientos de empresarios que son amenazados y amagados por el crimen organizado, para obligarlos a pagar una cuota por derecho de piso. No la tiene fácil Cuitláhuac García, sabe que, si no entrega cuentas claras antes de seis meses, su estadía como gobernador tendría fecha de caducidad a los dos años, en otras palabras, sólo le quedaría año y medio para gobernar.