Gloria Sánchez era un orgullo de las luchas de izquierda en Veracruz. Mujer congruente, siempre demostró prudencia, valor e inteligencia. El puesto que se ganara en el Senado fue un acto de justicia, al menos eso creíamos, hasta hoy, que la escuchamos tratando de defender lo indefendible. Gloria Sánchez, enfática y sin pudor, acusó a los medios de comunicación de magnificar los hechos sucedidos en Minatitlán.
Maestra Gloria, ¿cómo se pueden magnificar 13 muertos? ¿Cómo se magnifica el sentimiento de un padre que ve cómo asesinan a su hijo de un año? ¿Cómo se magnifica el atrevimiento de un criminal que le puso el arma en la cabeza a mujeres de la tercera edad como usted? ¿Cómo se magnifica la muerte de un niño de siete años sólo por contemplar un homicidio? ¿Qué culpa tuvieron los medios, si su único propósito fue mostrar lo que está pasando? ¿Maestra Gloria, quiere usted que dulcifiquemos los hechos para hacer creer a los ciudadanos que Morena nos tiene en la antesala del Paraíso?
De Cuitláhuac García se podía esperar, usted conoce su origen; de Patrocino Cisneros también, usted está consciente de los lodos que emergió. Pero de usted maestra, de usted no lo esperábamos, nunca imaginamos que se batiera, igual que ellos, en el lodazal que formaron para su deleite; nunca imaginamos que usted pudiera compartir con ellos la sal y el ajenjo. Maestra, ¿qué le pasó? ¿Qué la transformó? ¿En qué momento la perdimos?
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