La violencia en Veracruz es alarmante, a tal grado, que algunos estados con los que colinda han iniciado acciones para evitar el “efecto cucaracha”. Ya es conocido por todos que cuando las fuerzas del orden reprimen a la delincuencia, ésta tiende a desplazarse. Y es que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, ha optado por activar un cerco de seguridad, en busca de que esa entidad no se vea afectada por las acciones que emprenda el Gobierno Federal para combatir al crimen en Veracruz.
Murat tomó esta decisión tras los hechos ocurridos este fin de semana en Minatitlán, donde fueron asesinadas 13 personas a sangre fría, entre ellas un menor de edad, llamado Santiago. Mientras tanto, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, niega que el estado sea un foco rojo a nivel internacional por inseguridad, aun cuando resulta un destino peligroso para Estados Unidos, Francia y otros países; sólo se deslinda de sus responsabilidades y culpa a todos a su alcance de la crisis que se vive en la actualidad.
Obviamente, nadie quiere que lo que ocurre en Veracruz pase en otra entidad. Por ello, el Gobernador de Oaxaca ha revelado que se ubicarán bases de operaciones mixtas y retenes en la región limítrofe, con la presencia de equipo artillado y militar en los municipios colindantes con Veracruz, sobre todo en la región de la Cuenca del Papaloapan, en los municipios de San Miguel Soyaltepec, Tuxtepec, Loma Bonita, San José Cosolapa y Acatlán de Pérez Figueroa. Nada más falta que a estas acciones se sumen los estados de Tabasco y Chiapas, dejando a Veracruz sitiado por la ola de violencia registrada en sus municipios sureños.
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