Los candidatos de Morena, candidatos a alcaldes, diputados, senadores, gobernadores y hasta el propio presidente de la República sabían del “cochinero” en que los gobiernos anteriores habían convertido al país, de hecho, hasta usaron el argumento del “cochinero” para ganar votos. Ellos se comprometieron a limpiar ese “cochinero” con su Cuarta Transformación. La Cuarta Transformación, valga la redundancia, transformaría ese “cochinero” en un jardín del edén.
Por supuesto, no se esperaba que tuvieran una varita mágica, no se esperaba que las cosas se solucionaran en un abrir y cerrar de ojos. Han pasado cuatro meses y en Veracruz, en lugar de limpiar el cochinero que dejaron, el nuevo gobierno se está batiendo en este. El gobernador de Veracruz dio un plazo de dos años para que se empezaran a ver los resultados de su estrategia; ahora ya hay un plazo más corto.
El presidente López Obrador dijo: «En seis meses ya van a estar operando todos los programas. Esto va a ir mejorando mucho considerablemente en la medida que se vayan consolidando tres acciones: fortalecer los programas sociales, la Guardia Nacional y cero corrupción en los gobiernos». Nos vemos el 22 de octubre señor presidente.
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