Educación, salud y seguridad son los ejes principales de un gobierno, tomando en cuenta que la economía y finanzas quedarían en manos de especialistas. En Veracruz, existe un gabinete basado en la camaradería y en el amiguismo. Aquellos noveles funcionarios que piensen que están por sus capacidades extraordinarias o por sus grandes facultades para resolver complejos problemas gubernamentales, están viviendo en el error. La toma constante de la Secretaría de Educación por padres de familia y maestros y el tufo que acompaña a la corrupción, comienza a heder en los pasillos del kilómetro 4.5, mientras su capitán sólo es feliz mientras acompaña al número uno del estado y descuida esta importante oficina.
En el área de salud no le salen las cuentas Roberto Ramos Alor; este romántico funcionario confunde la cantidad de hospitales que hay en el estado y sólo se la pasa culpando al gobierno anterior por sus ya constantes yerros. En el área de seguridad ya nos dimos cuenta que se requiere el apoyo del Gobierno Federal, es de entender que los cárteles de la droga tienen mejores armas y se sospecha que aún cuentan con protección de arriba.
Ya son casi cuatro meses de gobierno morenista en Veracruz y aún no se ven resultados concretos, es injusto exigirlos en tan poco tiempo, no obstante, tampoco se ve una directriz sólida que mande una señal a los veracruzanos de que hay un plan o un proyecto que busque solución a los problemas que amenazan a la sociedad veracruzana.
Ojalá y de verdad tenga razón el presidente y en cuatro meses ya se vea una pequeña luz de esperanza para los veracruzanos. Eso queremos todos y, sobre todo, que haya valido la pena el voto de confianza que le dio el presidente al gobernador más honesto que ha tenido Veracruz, según las propias palabras del Ejecutivo federal.
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