Édgar Landa Hernández* / Culmina la semana santa con una serie de acontecimientos que ni el mismo Stephen King hubiera logrado plasmar a través de sus ideas terroríficas.
Por un lado, la masacre a integrantes de una familia allá en Minatitlán, y por otro, la batalla campal protagonizada por gente que, ya embrutecida por los efectos del alcohol, aunado a que en estas fechas muchos de ellos únicamente van a las playas a sacar las frustraciones absorbidas durante los tiempos de trabajo.
¿Qué está sucediendo en nuestro estado? ¿será acaso la impunidad que existe en nuestras actuales formas de impartir justicia que los truhanes desalmados actúan con la premisa de que no se les hará nada? Todos buscan un culpable de lo que acontece en nuestra colorida tierra que ahora se tiñe de color rojo.
Unos le echan la culpa al jefe del ejecutivo mayor, otros al gobernador en turno.
Lo cierto es que desde tiempos de Fidel Herrera el estado de Veracruz dejó de ser seguro. Hoy solo le han crecido más hijos a la mafia. Es un monstruo de mil cabezas.
Hasta que no exista disposición de todos los que componen el gabinete de seguridad, y sobre todo a que impere la justicia de una forma correcta, porque de todos es sabido que la ley tiene un precio. Y a muchos de ellos la mafia ya los atrapó con tremendas sumas de dinero para poder ejercer el tráfico de drogas a su libre antojo. ¡Nuestro estado no será libre!
Hoy culmina la semana santa, una semana para entrar en reflexión y tratar de empezar a hacer algo diferente, algo que conlleve al bienestar no únicamente de nosotros sino de la sociedad. Dejemos de ver de forma egoísta los acontecimientos y seamos partícipes de luchar por nuestro estado ejerciendo de una forma benévola una actitud sobria y sobre todo de generosidad.
Cuídense y cuiden a los suyos.
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores independientes A.C.
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