Brenda Caballero / Conocí a Sonia cuando fue a ver a “la Conta”, como ella cariñosamente la llamaba. Entre la presentación y un par de palabras, se me hizo una mujer sincera, defensora de sus ideales y muy humana.Posteriormente me enteraba de que era priísta de hueso más que colorado y si a alguien amaba como a nadie, era a su hija Yelssy.
Pocas veces hablamos, y cuando lo hicimos era de política. Le apasionaba su partido, lo defendía con uñas y dientes y allá en su natal Tierra Blanca y alrededores, era una férrea operadora del PRI. Del partido, no tanto del candidato.
Cuando el hombre me pasó el tuit del periodista Ignacio Carvajal, se me enchinó la piel al leer “Sonia Ramírez Trujillo, encargada de Hacienda en Tierra Blanca, destacada priista , fue asesinada a balazos este día en ese municipio”.
¿Es Sonia? ¿Es Tierra Blanca? Pero ya no es jefa de la Oficina de Hacienda del Estado ¡Ojalá y no sea ella!
Sin embargo, la terrible noticia se confirmó. Irma Ramírez Trujillo, mejor conocida como Sonia, había sido baleada por un desconocido en motocicleta, pasado el mediodía, cuando llegaba a su casa en su automóvil Tsuru.
Aunque sus familiares la trasladaron al hospital, no pudieron hacer nada los médicos. Los dos disparos en la cabeza fueron fatales.
Llama mi atención los comentarios que alguien puede hacer en las redes sociales, cuando no conoce a una persona, y que solamente escribe por apariencias o porque como era priísta, según su criterio, merecía morir. ¡Qué estupidez! Antes de ser militantes son seres humanos, no importa el partido del que se trate.
Otra más trataba de justificar su muerte con su encargo en la Oficina de Hacienda de Tierra Blanca. Sin embargo Sonia ya no era la jefa. Había sido removida en el periodo de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. A Sonia le tocó de oficina un tráiler en el cual tenía que sufrir junto con el personal de los calores intensos de esa región.
Las personas que la apreciaban la recuerdan como dirigente del PRI municipal, como agente de tránsito que llegó a ser delegada, allá en Río Blanco y Piedras Negras, como una incansable luchadora social, un excelente ser humano, “muy bragada”, que se le ponía en frente a quien fuera con tal de defender a los suyos.
Sonia ya no está… nos quedan sus buenas acciones en la memoria y desde este espacio deseamos una pronta recuperación a su hija, familiares y amigos.
Ojalá y su muerte no quede impune y haya justicia.
Hasta siempre querida Sonia.